sábado, 22 de octubre de 2011

La Realidad

Me gustaría empezar diciendo que las palabras, a veces, sólo son sombras de la luz que traen sus opuestas. Hablar de la realidad es hablar de lo imaginario, lo que no es real. Se habla de realidad cuando se quiere dar cuenta de lo material, lo físico, lo que es incontestable. Sin embargo, las versiones sobre ella son interminables. Recuerdo a un filósofo, Oscar Brenifier. En una sesión que tuvimos yo hablé de "Mi Realidad" y él me contestó preguntándome: ¿Vives en una realidad paralela? La respuesta es sí. Habito en muchas realidades paralelas, y la mayoría de las veces, no se cruzan con las personas que me rodean.
Puede que todo empezara con internet. Lo que era imaginario para la mayoría, evadirse de la realidad cuando esto de los chats empezó, era para mí un auténtico vicio. Hace ya casi 15 años que pasaba noches enteras conectada a un modem ruidoso charlando con quienes eran mis amigos, mis amores, mis enemigos. A mi alrededor, en ese espacio físico, existían muchas personas con las que me cruzaba, pero con las que no tenía contacto. Yo habitaba un espacio que no era espacio físico, pero donde se encontraba todo lo que yo amaba y temía. Allí lejos, en lo supuestamente real, sólo había sombras que se movían y pedían pan o lo que fuera en las tiendas.
Aunque quizá empezó antes de eso, cuando descubrí las novelas de ficción. Yo amaba aquellos personajes, los que me encontraba en las novelas. Sus hazañas, deseos, evolución personal, eran mucho más reales que las absurdas peleas de mis padres o las salidas nocturnas de mi hermana.
Pero ya antes, en la cuna, anhelaba que llegara la noche para poder sumergirme en la oscuridad, a la que yo caía atravesando capas y capas de tierra virgen hasta fundirme con un vacío acariciador que me contenía y me amaba.
Quizá por eso durante mucho tiempo desconfié de la materia. No consideraba del todo real ni el mundo físico, ni los compañeros de trabajo, ni el vil metal, ni el deseo de tener coche, trabajo y familia. Burgueses anhelos ficticios, me decía. Si el ciberespacio, los seres que habitan las novelas y la oscuridad del inicio es lo real, todo esto debe ser imaginario.
Pero ya lo dice Peirce. Lo real es aquello que se te impone, aquello que no responde a tus deseos.
Y el mundo físico, que hasta cierto momento pareció dejarme en paz, empezó a hacer oír su cantinela. Y tuve que aceptar que también la familia, los amigos, el trabajo, el dinero, eran reales y valían la pena.
Pero ahora, amigos míos, me encuentro con un problema. Tengo que afirmar con Parménides que todo es real. Pero, si todo Es, si tengo que tener en cuenta ideas, personajes, mundos internos, vecinos y cuentas corrientes, ¿dónde pongo el límite de lo real? ¿En los políticos?

4 comentarios:

  1. ‎(\ /).───
    ( . .)-♥....
    c(")(")═╗ UN PLACER VISITAR TU
    HERMOSO BLOG ¡!!
    ¸.✿´´¯`•.¸¸. ི♥ྀ.
    (¯`v´¯)
    `*.¸.*.♥♥.FELIZ DOMINGO Y BUENA SEMANA,
    CON TODO CARIÑO LAURA CORNEJO
    http://miscyberamigos.blogspot.com

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  2. Quizás tenga razón aquel que dijo que sólo somos la imginación de un Dios. Por eso esta duda tremenda de si existimos. Un abrazo. Carlos

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  3. Me ha flipado el texto, la verdad, la referencia a los políticos no la he entendido mucho, pero me gusta.

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