Suponemos que Noreña está, justo en el momento en que esta entrada se publica en el blog, cogiendo un avión. Lo suponemos porque muchas cosas pueden aún pasar entre que Albaida escribe esta entrada y Noreña llega al avión.
Hace una semana estaba claro que iría. Luego se puso enferma y estuvo convaleciente varios días. Temió no poder llegar. Ahora está mejor y, parece, ha conseguido coger el avión. Gracias a Azahara, ha podido arreglar los pequeños detalles. Cosas como dónde dejar el coche durante los tres meses que estará fuera. Podría habérselo llevado pero teme acostumbrarse a conducir por la izquierda y luego... tener un problema cuando se confíe. Pequeños detalles como dar de baja la ADSL temporalmente, ponerle la primera dosis de la nueva caja de la vacuna a Magdalena a ver si se cura del asma de una vez. Esa es buena, la de la vacuna. Después de varias opciones ha decidido dejarla en la maleta grande, facturarla, para evitar que le impidan llevar el hielo para mantenerla en frío por aquello de los controles del aeropuerto.
Aparte de las pequeñas gestiones en su trabajo. Pedir tiempo sin sueldo, comunicárselo a todos los que deben saberlo, hacer la matrícula por correo e internet, gestionando cada pequeño detalle. La beca que no sabe si cobrará hasta después de haberse gastado el viaje. Pequeños detalles.
Pero, si todo ha salido bien, a esta hora Noreña está tomando un avión. Va con una noche de hotel reservada. Más allá de eso no sabe dónde vivirá. Pero algo le dice que no necesita dos noches, que hay una habitación en algún lado esperándola. Intentó encontrarla por Internet, pero era imposible. Muchas páginas con ofertas, pero tenías que registrarte, pagar, antes de saber si alguna te venía bien o estaba disponible. Y para qué, para que la alquilen antes de que pueda verla. Tendrá que elegir cuando esté allí, cuando husmee el ambiente.
Mientras esté fuera no sabe cómo estarán las conexiones inalámbricas. No se imagina una ciudad universitaria sin Internet, y mucho menos un piso de estudiantes, pero no sabe hasta qué punto estará cansada para aparecer por su blog, así que deja que Albaida ponga un aviso:
AVISO PARA NAVEGANTES. ESPERO VOLVER POR AQUÍ EN UN PAR DE DÍAS PERO, POR SI ACASO, NO ESPEREN LEVANTADOS. MIENTRAS TANTO...
DISCULPEN POR LAS MOLESTIAS OCASIONADAS