domingo, 7 de marzo de 2010

Muerte y Final.

El metro avanza a toda velocidad. Arenal observa el final de la vía. Un agujero que lleva a ninguna parte. Todos los pasajeros morirán. Con sumo cuidado recoge unas cuerdas que están sujetas al techo del tren, de forma absurda. Pero Arenal no tiene tiempo para pensar. Las coge y las lanza, intentando agarrarlas con fuerza, utilizando todo su poder para intentar detener el tren con sólo la fuerza de sus brazos. No sabe si lo conseguirá.

Magdalena levanta ligeramente la cabeza. Mira a los pasajeros que la acompañan en este viaje hacia la muerte. Delante hay un señor de unos sesenta años que mira hacia abajo con cara de fastidio, y ocupando el asiento de su lado con una bolsa. Los dos asientos contiguos, justo al lado de la puerta, en diagonal a donde está Magdalena, están ocupados por una joven pareja que va cogida de la mano. No cree que lleguen a los treinta, y tienen ese halo de aquellos que piensan que el mundo no sería un lugar habitable sin el otro. El asiento de su izquierda está vacío, y un poco más allá hay una señora leyendo un libro y una chica muy joven. El vagón se ha quedado casi vacío en la parada anterior, y no queda nadie de pie.

Arenal sostiene con fuerza el vagón. Aunque parezca imposible, empieza a detenerse.

Magdalena piensa. El metro pasa por Diego de León. Allí está el hospital de la Princesa. Si tan sólo alguien la acompañara. Algo despierta en ella, una fuerza que parecía haber huido. Vuelve a dejar caer la cabeza y piensa. Para eso apenas hace falta oxígeno. Aún le queda concentración suficiente. Se imagina que es la joven pareja. Se imagina que piensa los pensamientos de la muchacha y está contenta, y quiere a ese chico, y se fija en la mujer del metro, se fija en Magdalena, la joven que está apoyada sobre la barra. Se parece a una amiga suya, es curioso, parece que se encuentra mal. Su mente salta hacia el chico. Piensa desde la mente del muchacho, siente desde él, y fija su atención. Oh, esa muchacha, la de la esquina, piensa Magdalena que piensa el muchacho, se parece a mi hermana, fíjate, no parece sentirse muy bien, quizá necesite ayuda. No tenemos prisa. Podemos preguntarle.

Arenal, con una fuerza sobrehumana, detiene el metro. La gente sale, asustada pero en buen estado. Los ha salvado.

Una mano se posa en el  hombro de Magdalena. Muy mareada, levanta la cabeza. Allí están, los dos, chico y chica. La joven pareja.
-¿Te encuentras bien? ¿Necesitas ayuda?
Si pudiera, sonreiría, pero Magdalena no tiene fuerzas.
-Sí...-responde con la voz entrecortada, muy baja. El muchacho se acerca más para poder oírla. -Tengo... asma. ¿Podéis... acompañarme? En Diego de Leon. El hospital.
Apoyada en ellos, en ese amor que los hace tan compasivos, Magdalena sale por fin de ese túnel siniestro. Nada más entrar en el hospital la atienden en recepción. La pasan inmediatamente al médico. La pareja se queda fuera. No volverá a verlos. Nunca sabrá quienes son. Enseguida se encuentra rodeada de médicos, enfermeras, mascarilla de oxígeno, le cogen una vía y todo parece muy ruidoso y agitado a su alrededor. Tardan mucho tiempo en calmarse, recuerda palabras entrecortadas, "más adrenalina", "no reacciona". Casi no nota los pinchazos. Su único afán es respirar, pero sigue sin ser una tarea fácil. "La oximetría ha subido", dicen después de un rato de hacer y deshacer a su alrededor, y la dejan allí, tumbada en la camilla. Han conseguido darle algún tiempo más en este planeta.
A ella no se lo dicen, pero acaba enterándose por su hermana. Si hubiera tardado media hora más, la muerte la habría alcanzado. Pero por el momento, a día de hoy, no lo ha conseguido.

A Malena, a esa pareja anónima y a los médicos de urgencias que salvan tantas vidas y a cambio sólo reciben quejas. Porque la magia es real y la muerte sólo un obstáculo más.

7 comentarios:

  1. Aplausos Córdoba.
    Excelente el texto.
    Saludos

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  2. Sin palabras...

    Es precioso ser testigo de tanto talento por la red.

    Entre todos me teneis asombrada de verdad.

    Buenisimo, :)

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  3. Para quitarse el sombrero! Excelente.

    Saludos.

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  4. Besitos, mi niño! Enmudecí...!
    Mil_Gracias! y Momentos_Dulces!

    Te Quiere,

    Male.

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  5. Todo bien? Espero q sí...!

    Abrazo Inmenso!

    Besitos!

    Male.

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  6. Gracias a todos por vuestro apoyo. Así da gusto... ;)

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  7. bravo :D
    sin mas que decir que que beelo es :D

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