miércoles, 16 de marzo de 2011

Derechos, No Privilegios (3)

Es posible que te resulte familiar. Quizá me hayas visto antes. En un sueño, en una película, paseando por la calle en un encuentro inesperado. Quizá me hayas imaginado. O puede que seas como yo. No importa. No estoy aquí porque sea parte de vosotras. Estoy aquí porque soy La Voz del Desierto.
El título de esta conferencia es Derechos, No Privilegios. No quiero que haya malentendidos. Creo que, en este momento, el uso que se hace de la palabra Privilegio en el terreno político es ilegítimo. No se ajusta a derecho. Y sobre todo es deshonesto. Porque los Derechos de las personas que han luchado para obtener garantías para una buena vida, para trabajar por el bien público, para poder disfrutar de una vida digna, ahora se llaman Privilegios. De este modo, al cambiar Derecho por Privilegio, al llamar a un Derecho un Privilegio, es mucho más difícil defenderlo. Es mucho más fácil eliminarlo. Como el derecho a un trabajo fijo, a protección cuando nuestra salud falla, a una buena jubilación. En tiempos como éstos, se llaman Privilegios, y las hienas se apresuran a devorarlos.
En este momento asistimos a una lucha terrible por el control de los recursos energéticos. A una pelea por el poder político y territorial, por la supervivencia en muchos casos. Asistimos también a una pelea encarnizada por el control de nuestras mentes, nuestras emociones, nuestras almas.
Me gustaría deciros que hay una Organización Terribilísima que tiene un terrible plan para convertirnos en borreguitos, pero mi análisis de la situación es aún más devastador. No hay tal plan, no hay tal conspiración, así a lo grande. Lo que hay, me temo, es mucha improvisación.
Nunca antes hemos tenido una situación como esta. Nunca antes hemos tenido que enfrentar estas posibilidades de supervivencia por encima de enfermedades terribles que ahora se cronifican y permiten vivir durante décadas. Este sistema sufre de éxito. Las políticas sanitarias han alargado tanto la vida que ya no son viables económicamente. No hemos sabido hasta ahora lo que era gastar hasta agotar los recursos. No sabíamos nuestras posibilidades de crecimiento. El mundo era un lugar enorme e inexplorado donde sólo nos importaba lo que pasaba en casa de nuestro vecino, como mucho.
Esta situación es nueva. Esta situación admite infinitas posibilidades. Y esta situación puede llevar a soluciones viejas, a soluciones gastadas, porque tendemos a repetir lo que ya conocemos, esperando resultados distintos. La definición de estupidez, me temo. Esta situación actual puede llevarnos al miedo, al terror, a la desesperanza, a la guerra.
No he venido para asustaros. No he venido para aumentar la alarma que prevalece en los medios de comunicación. No es momento para eso. Pero no creo que sea bueno esconder la cabeza bajo el ala y esperar tiempos mejores.
No lo es.
Amigas, compañeras, hermanas mías. He venido hoy aquí para hablaros de vuestros derechos y para gritaros que es vuestra responsabilidad no dejar que nadie os los arrebate.
Tenéis Derecho a un Trabajo Remunerado Digno.
Quizá esto parezca obvio, pero no lo es tanto. En este momento millones de seres humanos, en sociedades supuestamente opulentas, trabajan sin contrato laboral, trabajan durante varios meses para empresarios que con la excusa de la crisis no pagan, trabajan más horas de las estipuladas, sin fines de semana, sin tiempo para sus vidas. En este momento supuestas organizaciones sin ánimo de lucro hacen trabajar a personas pobres por 3 euros la hora, profesionales de la enfermería, administrativos, jóvenes sin perspectivas laborales por enfermedades que no les impiden trabajar pero que les han minado su autoestima. Estos son datos de España. No estoy ahondando en situaciones de desesperación, sino aquellas que por no ser insoportables, pueden confundirse con algo que no está tan mal. Bajo la excusa de que son organizaciones que no buscan dinero, sus dueños se lucran de subvenciones y hacen trabajar a personas que no tienen protección por desempleo, por enfermedad, personas que no trabajan en  estos lugares porque les sobra el tiempo ni el dinero, sino porque son aún más pobres y necesitados que aquellos a quienes supuestamente prestan su tiempo y sus esfuerzos. Licenciados, profesionales, víctimas de un trabajo esclavo bajo la supuesta moralina de hacer el bien por los demás. ¡No te dejes engañar! ¡Reclama tu derecho!
Me dirás que tú, al menos, trabajas. ¿Para quién? ¿No sería mejor que montaras tu propio negocio? ¿O que te quedaras en casa y meditaras profundamente, con calma, en lo que realmente quieres hacer con tu vida? El trabajo remunerado y con perspectivas de futuro no es un privilegio, como os quieren, como nos quieren, hacer creer. Es un Derecho de la Humanidad. No pelearon nuestros padres para derrocar reyes y dictadores para caer ahora víctimas de las leyes del mercado salvaje.
Y esta es tu primera lucha. Porque el dinero no es más que un objeto de intercambio de valor. Y cuando aceptamos, sólo por estar ocupados, que no valoren lo que hacemos, que no nos paguen por nuestro trabajo, que se aprovechen de nuestra debilidad, estamos arruinando lo único que podría sacarnos de este atolladero. El tiempo y la energía necesarios para tomar distancia, estar en calma, descubrir lo único que podrá hacernos evolucionar en esta época de cambios.
Pero esto, que tiene que ver con el dinero, con el respeto a uno mismo, va más allá.
Porque el dinero es sólo una moneda de intercambio. Tanto hago, tanto doy, tanto recibo. Una vez cubierta la necesidad de independencia, la necesidad de valoración económica, que cuando no está llena nos impide hacer otra cosa que desesperarnos, podemos escuchar aún más hondo, aún más profundo. Al lugar de donde viene la voz de nuestra alma. Y es de este espacio infinito de nuestro interior de donde proviene el Derecho Fundamental.
Y aquí viene el segundo Derecho. El más importante. 

Tienes Derecho a Ser lo Que Eres. 

Y por eso,

Tienes Derecho a Descubrirlo, poniendo todos los medios necesarios a tu alcance para alcanzar este conocimiento.

Y hoy por hoy, aquí y ahora, es un momento tan bueno como cualquier otro para iniciar ese camino, para continuarlo, para descubrirlo.

Haz lo que Quieras, será toda la Ley. 

Descubre tu Verdadera Voluntad.

Esto que voy a decir a continuación, resonará en tu alma. Sabes que es verdad:
Eres una Estrella

Me quedaré algún tiempo por Córdoba, hasta que cambie el viento. Podéis encontrarme en la vieja Iglesia de la Magdalena. Os doy las gracias por escucharme. Buenos días.

Imagen propiedad de: http://wersemei.es/?p=1716

4 comentarios:

  1. Si permitimos que nos igualen por lo bajo, el mero hecho de comer cada día, podrá ser considerado un privilegio.

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  2. tremendo discurso. Muy bueno!!!!
    te sigo por todo Córdoba e iré hasta la vieja iglesia para seguir escuchandote.
    un saludo mujer

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  3. Expresas magnifícamente la situación y me siento arrastrada a llegar al meollo de la cuestión.... nos está tocando vivir tiempos de
    egoismo "refinado" e internacional!!!!! tenemos que reaccionar para que nada ni nadie merme nuestros derechos, estoy contigo , amiga, Un abrazo de Begoña

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  4. Después de tanto tiempo alejada de estos lares, de los blogs, y en cierto modo de la vida, he encontrado tu llamada. Espero con toda mi alma que resuenen con fuerza en mi tus palabras..

    Un saludo compañera de la vida

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