domingo, 5 de septiembre de 2010

Subida del Monte Carmelo IX


¡Oh, dichosa ventura!, oh, dulce suerte, qué afortunada soy de haberme enamorado de algo que aún no alcanzo, porque tira de mí, me saca de lo conocido, me lanza al peligro del límite de nuestras fuerzas, de nuestras capacidades, de lo que creíamos ser.

Y ahí, en ese momento de ceguera absoluta, movida sólo por el corazón, tengo la suerte de salir sin ser notada, sin que ninguna de mis defensas se coloquen en medio y me digan: ¿estás loca? ¿dónde vas? No están ni mi padre ni mi madre interna para decirme que éstas no son horas de salir.

No hay nadie, porque mi casa "está sosegada". Mi alma está tranquila porque ha llegado la noche. Está agotada de la búsqueda, y no es capaz de darse cuenta de que la verdadera búsqueda se ha iniciado ahora.

Ésta, la subida del Monte Carmelo, es la subida al monte de la abundancia. Es la abundancia a la que alcanza el ser después de haber trascendido sus propios límites. Pero para ello es necesario pasar por distintas etapas, y estas son las que describen las canciones.

¿Qué precede este momento? Hagamos un poco de historia imaginativa y volvamos después al presente. Imaginemos un monje que sigue todos los preceptos. Día tras día hace ayuno, penitencia, reza a Dios y siente la presencia divina en su corazón. Y de pronto, en medio de ese gozo, empieza a sentir que lo que tiene alrededor no le gusta, que los frutos de la tierra no tienen sabor. Como diría Lestat de Lioncourt, la comida ya no tiene sabor, el vino ya no tiene olor... Pierde la sensación de Dios. Pierde su presencia. Y se asusta. El confesor lo culpa. Algo habrás hecho para llegar a este estado, y el monje se siente pecador y en el infierno, cada vez más lejos de lo que quiere. Reanuda todos los ejercicios espirituales con mayor vigor, con mayor fuerza, y cada vez siente menos lo que sentía antes, hasta que el hastío, el aburrimiento, la oscuridad, hacen presa en su alma, y pierde todo sentido. Dios le ha abandonado, piensa, y su mundo se ha convertido en una noche terrible.

Volvamos al presente, e imaginemos una mujer que quiere buscar al hombre de su vida. Sale y conoce a un hombre, salen juntos, se aman, y llega un momento en que la cosa promete, pero él le dice que no quiere compromiso. Ella lo intenta otra vez, y una y otra vez algo trunca la relación, y aparece la noche oscura. Deja de salir. Se encierra en casa y se deprime. Si no tomara pastillas, el proceso continuaría hasta su propia conclusión, pero le dicen que tiene un problema de hormonas, y la mujer se siente inválida. Por qué tantas tienen amor y yo no, y se droga, y está cada vez más lejos de lo que anhela.

Es el mismo proceso, con otro nombre, con otro objeto de deseo. Y podemos contar la misma historia con cualquier sueño que la realidad se empeñe en alejar de nuestro corazón una y otra vez. Y esos sueños imposibles son los que te llevan a esa noche oscura. La primera, porque hay dos al menos, según nos cuenta el autor.

Y lo que tengo que aprender, lo que quiero entender, es cómo hice en su momento, cómo hacer para salir de la primera, cómo detectar la segunda, y cómo atravesarla para llegar a cumplir el mayor anhelo de nuestro corazón, que no es más que un espejo del anhelo más profundo de unión con lo más elevado, de cumplimiento, de alma.

Y ése es el camino que nos muestra esta primera canción, que se inicia justo donde acaba la psicología tradicional. Cuando la depresión terrible te atrapa, cuando tu casa está sosegada porque tu alma está agotada, y es entonces cuando el anhelo más profundo, inflamado en amores no correspondidos, sale de lo conocido sin ser notado. Nuestra función no es cortar o dirigir esa salida, sino no obstaculizarla, acompañarla en la peligrosa y terrible noche.

7 comentarios:

  1. Palabras profundas, para un viaje intenso. ¿Como sabremos si estamos preparados?

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  2. No creo que uno esté nunca preparado para esto. Sencillamente estás o no estás en el camino. Y si estás... sólo te queda seguir... Hasta donde te lleven tus pasos.

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  3. ...Nunca supuse que tus orientaciones "on line"
    fuesen tan eficaces. No salgo de mi asombro y agradecimmiento. Me siento totalmente metida en
    el camino; lo vivo tramo a tramo, sin imponerse mi ego a un ritmo busacado...me dejo llevar por el espiritu.Seguiré adelante aunque no sepa ni entienda nada. Solo sé que sigo adelante aunque no sepa donde y cuando llegaré...aunque durase
    hasta el final de los dias. Un abrazo de Begoña

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  4. Me faltan dos etapas, ya llevo, ya me acerco a veros.

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  5. Una vez mnás he bebido de la fuente de tus tres últimas entradas, entradas que a través de las palabras se mezclan con el sentir interior de cada uno y recomponen o desparraman los sentimientos,
    Preciosos textos querida amiga

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  6. Seguir, siempre.. Si es de tu mano, no tengo miedo.., mi niña!
    Siento la demora en comentarte, pero es q he
    leído tus posts varias veces, y te puedo decir
    q ha sido algo maravilloso.., un cruce de sensaciones q no puedo describir, quizás pq sólo quiero sentir..
    Te he sentido tan cerca..

    Estos días están siendo especiales para mí, como cuento en Gotas de Lluvia..

    Shibumis de Luz y Vida, mi niña!

    Malena

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